Pocas cosas hacen tan especial una fotografía como el recuerdo de verlas una y otra vez. Dentro del mundo efímero en el que vivimos, un recuerdo se convierte en un instante, en un «me gusta», y lo demás, pasa al día siguiente. Una fotografía, que con tanto sentimiento se ha hecho, que evoca tales expresiones y muestra un momento tan especial, no puede pasar por un número de me gustas. Se trata de que transmita y haga sentir, vibrar, llorar y recordar siempre que tengas la ocasión, y demasiadas pocas veces serán las que nos gustarían. Por eso, especialista tan premiados como Saal son en los que Rafael Lillo Confía, desde su profesionalidad y calidad para plasmar algo con tanta responsabilidad, acabados acolchados, excelentes terminaciones, un trato exquisito de los materiales, acabados mates, brillos, gestión de los colores personalizada…miles de aspectos que confluyen es esto, que como siempre, os muestro porque, como se suele decir, una imagen vale más que mil palabras. Os dejo con ésta muestra de álbum de bodas que nos han creado a partir de nuestras ideas. Gracias.